La solución pasa por cerrar la frontera. Cuando los turistas del macrocomplejo hotelero no puedan ir a España para ir de vacaciones a sus playas y los llanitos no puedan ir a Cádiz a sus residencias habituales o a los hospitales españoles, empezando por Picardo, se les hunde el chollo que tienen montado allí. Y a Cádiz le vendría de lujo acabar con ese agujero negro del empleo y el tráfico ilegal que trae más mal que bien a la zona. Son otro país con todas las consecuencias. Ya basta de tratos de favor por nada a cambio salvo improperios.

Pero como somos gilipollas...