#10 pobres
Luego vosotros justificais y minimizais 40 años de terrorismo etarra con políticos y ciudadanos asesinados, amenazados y expulsados de sus pueblos
Pero ah, durante mes y medio Iglesias fue protestado por sus vecinos
El caso mas grave de persecución política en Europa occidental desde el 45
Ohhhh
Cuando el PP hace mítines en Vallecas y se montan follones decís que van a provocar
Iglesias lo tenía fácil. No vivir en un barrio pijo burgués del norte de Madrid donde el 60% de sus vecinos vota a la derecha
No?
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#18 En Valladolid tiene un amplio historial de salidas de tono bordes y faltosas con el resto
Hasta con el alcalde de León, que es del PSOE
También de amistades poco recomendables con amigos empresarios con negocios en el ayuntamiento
Si fuera del PP y le hubiera pillado en la mitad de lo que pillaron a este tío ya le habrian hecho 30 especiales en La Sexta
Copio de un artículo
Sus críticos lo definen como una “persona ególatra, altiva, soberbia, que busca constantemente el enfrentamiento”. Y en Valladolid se le dibuja como el “perfecto pijo progre, el pijo de izquierdas”, como apunta alguien que lo conoce bien. A Óscar Puente le gusta jugar al golf, frecuenta bares cool, restaurantes caros y ha tenido más de un desatino que rechina con lo que se espera de un dirigente socialista. Solía veranear en lugares exclusivos de Marbella o Formentera, pero en 2020 el alcalde se subió a un yate propiedad de un amigo, el empresario Sergio Zaitegui, que le pagó unas vacaciones en Ibiza a él y a su hija después de que el Ayuntamiento de Valladolid le hubiera encargado una compra de material sanitario por valor de casi 200.000 euros en los primeros momentos de la pandemia. El juez archivó la causa por presunto cohecho, pero su imagen pública se resintió.
Meses después pillaron a Puente con una nueva pareja a bordo de un Mercedes AMG, un todoterreno de lujo valorado en más de 170.000 euros, propiedad del grupo Recoletas, una empresa del ámbito sanitario con amplia implantación en Valladolid. De nuevo, reclamaciones de contratos, licencias, etc, y ninguna consecuencia penal. Sí de reputación. Todos estos escándalos fueron filtrados en redes por activistas de extrema derecha -Óscar Puente llegó a calificar al tuitero Alvise Pérez como “saco de mierda”- y amplificados en medios de la misma ideología.