Es casi imposible detener con buenas palabras a asesinos psicópatas (que además están sentados en las esferas del poder).
Es como si Marlene Dietrich y otras actrices y actores alemanes de los años 40 le hubiesen dirigido una carta a Hitler, denunciando la matanza de judíos.
No obstante, esta carta y otros gestos similares nunca están de más.
Al menos sirven para recordar -a la gran masa de borregos sin criterio propio- cuan monstruosas y carentes de humanismo y de justicia son las acciones y el discurso hegemónico 'oficiales'.
#1 Tiran más dos tetas que dos escopetas.